domingo, 2 de marzo de 2014

Capitán Zakarias Smith

A bordo del pequeño navío que habéis robado, habéis cogido prestado al bueno de Dante. Todo parece tranquilo. El capitán está al timón y suele dar ordenes precisas. Tampoco se anda con tonterías y cada día que sucede, funcionáis mejor como equipo a bordo. Danat parece sentirse cómodo con la vida en alta mar. En cambio, Grindel y el elfo oscuro han tardado mas en relajarse. La impaciencia y la incertidumbre es algo a lo que el grupo se enfrenta. El destino y sus consecuencias cambian cada día en las visiones que profetiza Grindel, pero finalmente, tras una tormenta, Grindel resbala en cubierta y cae por la borda. Danat, no se lo piensa, pues no hubo hechizo de vuelo que pudiera haber salido bien. Grindel vio la muerte muy de cerca y cuando despertó, descubrió su camarote siendo custodiado por Danat, que no se había apartado de el.
El grupo está mas unido que nunca. Y todos han comprendido lo importante que es permanecer unidos. Grindel, tras la experiencia extra corporal, se ha dado cuenta que si usarse hechizos mayores, Ysuran podría intervenir. Así que incluso el comprende, que debe dejar pasar, los días, sin hacer la cuenta. Este barco, este viaje, es tan incierto que ni los mayores poderes de ningún vidente pueden verlo venir. En cualquier momento el mar engullirá ese navío y ese es el motivo por el que mientras que el mago sea capaz de sostener su poder a bordo, el navío permanecerá perversamente en silencio para vuestros enemigos. No habrá piedra vidente que pueda revelar destino de vosotros, pues todos los días, como simples mortales marineros, dejáis correr la vida en la mar. Mediáis sobre el sol, os encamináis al hielo afilado. El hambre la sed, olas y tempestades...mas monstruos marinos.
En tres semanas y media, ha habéis puesto pies en polvorosa, buscando materiales para reparar el navío. El Kraken produjo grandes destrozos, pero como ya he mencionado, el grupo funciona ahora mejor que nunca y el capitán Zakarias tiene buena mano en eso de la organización. Ademas, la maldición de Agrath, parece estar rejuveneciendole, y cada día es mejor "diablo de mar" como el dice. No olvidemos que cuando el era joven, era corsario.
Regresáis de vuestra parada por arreglos mecánicos y hacéis el navío vuestro. Estas reformas a bordo satisfacen vuestras necesidades y mejoran vuestras condiciones de vida. Después de todo, algunos de vosotros aprendieron verdaderamente mucho durante el invierno y no vais a desperdiciar este glorioso viaje de verano. Se puede hacer bien.
Llegáis a la ruta de pesca del capitán Zakarias, allí, en la lejanía, se distinguen sus barcos, con su distinguida tripulación. No hay problemas al unirse a ellos. Todos aceptan las ordenes del capitán Zakarias sin ningún tipo de problemas, Todos sus empleados tienen grandes acuerdos con el. Ninguno de sus hombres es desconocido para el. Así que con suma confianza, os pone al día.
-He estado dormido mucho tiempo. Pero he despertado. Cuando estos muchachos entraron en mi tienda, se armó una locura. Pero ahora siento que sin saberlo me han regalado nada mas ni menos que la vida eterna. Si os digo la verdad, no creo que ese dios Agrath muera jamas, así que probablemente pueda vivir mi vida con la maldición sin ser si quiera interesante para el. Ya emos oido a un vidente decir acerca de la vida en la mar. Tan imprudente que no lo ve ni un vidente. Quiero vivir en la mar para siempre y quiero hablaros de las clausuras de vuestros contratos. Vuestras funciones admiten ahora la piratería y me encantaría que llevásemos a ese pequeño navío lo mas próximo al bosque de cristal. Ellos saben que siempre tendrán un lugar en esta tripulación pero no son prisioneros, son camaradas, como todos ustedes ¿me entienden?-Finalizó el capitán Zakarias.

Todos aplaudieron y aceptaron de buena gana, que ahora eran piratas. Que no podían negarse a ello y que por ello, eran también ahora camaradas.

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