Sin duda me siento mejor
cada día. He pasado el suficiente tiempo en una cama, he pasado el
suficiente tiempo en una habitación, pero lo cierto es que por
propia decisión, permanecí durante demasiado tiempo en una casa y
hoy puedo decir que no es nunca mi decisión enclaustrarme. Los
parques de mi zona son fabulosos, sentarme en los jardines frente a
la playa y alimentar a un gato amigable magnifica opción. Oh dios
mio, claro que si, el factor humano es fundamental.
Thomas Hobbes dijo -homo
homini lupus- Lo que viene a significar, “el hombre es lobo para el
hombre” y aunque esta afirmación la doy por completamente
acertada, cabe destacar que no sobrevivimos sin cariño.
Irremediablemente nos necesitamos los unos a los otros, de ninguna
manera podemos estar bien en soledad. Es la locura lo que se apodera
de nosotros cuando cerramos la puerta al trato humano, la depresión
es inminente cuando nos negamos al resto. Por eso siempre estamos
buscando ese trato acertado, ese altruismo cariñoso que codiciamos
con egoísmo. Esta señores es la mayor paradoja que encuentro en
nuestra naturaleza, pues como es posible que un ser humano necesite
para vivir aquello que hemos llamado amor y sin embargo hayamos dedicado mas del 80% de nuestros progresos a hacer daño a otros
seres humanos. Es decir, que nuestro pensamiento y nuestra necesidad
se decanta sádica. Y hablando de sádicos y de hijos de puta, para
cerrar esta linea de pensamiento, os voy a hablar de un experimento
que corrobora esta paradoja:
http://es.wikipedia.org/wiki/Hospitalismo
Ya
existía documentación histórica en relación a este fenómeno: se
dice que un faraón intrigado
había intentado que los infantes fueran criados separados de sus
madres, y que los bebes habían fallecido.
Documentación
más concreta es la procedente del experimento ordenado por Federico
II de Prusia;
éste, imbuido de la tradición militarista que caracterizaba a su
linaje, pretendió formar perfectos soldados y para esto opinó que
no debían tener ningún afeminamiento o sentimiento de compasión;
para prevenir tal afeminamiento creyó que la solución era criar a
los niños, desde el parto, sin ningún estímulo afectivo benigno.
Es
así que Federico II hizo construir una maternidad cuyo edificio
parecía perfecto en cuanto a la higiéne material. En tal edificio
un grupo de bebes fue dado a cuidar a un conjunto de enfermeros y
enfermeras que tenían la obligación de alimentar, asear, etc.,
perfectamente, pero la orden absoluta era que nadie diera la más
mínima muestra de cariño (ni siquiera con el tono de voz) a las
criaturas. El resultado de tal experimento es que todos los bebés
fallecieron en pocas semanas. La explicación dada entonces para el
deceso masivo fue la existencia de una epidemia pese a la absoluta
asepsia del lugar.
Más
de un siglo después Spitz descubrió el motivo real, que como ya se
ha dicho era la ausencia de estimulación benigna para los niños
pequeños.
El
psicólogo René Spitz se mostró muy interesado por conocer qué
ocurría con los bebés en las instituciones en las que eran
acogidos. Para ello, seleccionó algunos orfanatos con el fin de
estudiar el desarrollo de los bebés en esas condiciones y los
comparó con el desarrollo de los bebés con un madre amorosa. Ambos
tenían todos los cuidados necesarios: Vivían en condiciones
higiénicas, recibían buena comida y también tenían atención
médica. Sin embargo, la mayoría de los niños de los orfanatos no
tenían algo que sí tenían los niños al cuidado de sus madres:
Abrazos, besos, carantoñas... En definitiva, les faltaba el contacto
materno. Las enfermeras y cuidadoras encargadas de los bebés no
tenían tiempo para estos menesteres en unos orfanatos abarrotados de
ellos. Como resultado: Los bebés vivían prácticamente en soledad,
confinados en sus pequeñas cunas. El contacto con sus cuidadoras se
limitaba al tiempo en que tomaban el biberón.
Las consecuencias de la ausencia del contacto materno eran inimaginables. Bebés (con menos de 18 meses) aparentemente sanos, que recibían en los orfanatos todos los cuidados básicos y tenían unas condiciones de higiene perfectas, terminaban muriendo antes de llegar a los dos años de edad. La ausencia de caricias, abrazos, besos y el roce piel con piel había terminado matándolos después de más de 18 semanas sin ellos. Y en ese duro periodo de tiempo terminaban por no llorar, aprendían que nadie iba a responder a sus llamadas.
En un orfanato, casi la mitad de los bebés moría antes de cumplir los dos años. En otro, la mortalidad llegaba al 90%. Aquellos bebés que lograban sobrevivir más de dos años y medio quedaban traumatizados de por vida: Tenían un retraso mental considerable, trastornos motores, incapacidad para establecer relaciones sociales y la mayoría era incapaz de hablar y de realizar actividades sencillas por ellos mismos. Además, la falta de contacto materno retrasaba su crecimiento, bebés de 10 meses podían parecer que tenían 3 ó 4. No se tardó en dar nombre a lo que ocurría con estos bebés en los orfanatos: Hospitalismo.
Las consecuencias de la ausencia del contacto materno eran inimaginables. Bebés (con menos de 18 meses) aparentemente sanos, que recibían en los orfanatos todos los cuidados básicos y tenían unas condiciones de higiene perfectas, terminaban muriendo antes de llegar a los dos años de edad. La ausencia de caricias, abrazos, besos y el roce piel con piel había terminado matándolos después de más de 18 semanas sin ellos. Y en ese duro periodo de tiempo terminaban por no llorar, aprendían que nadie iba a responder a sus llamadas.
En un orfanato, casi la mitad de los bebés moría antes de cumplir los dos años. En otro, la mortalidad llegaba al 90%. Aquellos bebés que lograban sobrevivir más de dos años y medio quedaban traumatizados de por vida: Tenían un retraso mental considerable, trastornos motores, incapacidad para establecer relaciones sociales y la mayoría era incapaz de hablar y de realizar actividades sencillas por ellos mismos. Además, la falta de contacto materno retrasaba su crecimiento, bebés de 10 meses podían parecer que tenían 3 ó 4. No se tardó en dar nombre a lo que ocurría con estos bebés en los orfanatos: Hospitalismo.
Bien, si no lo
teníais claro, ahora estoy seguro que si. A esta idea tenemos que
asumir que el naufrago al menos conoce el cariño y tiene su mente lo
suficientemente desarrollada como para poder recrear un amigo
imaginario. Pero lo cierto es que aquellos que han sufrido la soledad
absoluta durante el tiempo suficiente también padecieron de la
traición de su mente.
Pero yo no tengo
este problema, pues el cariño que proceso con los míos nutre mi
alma. Camino por la vida con el estandarte de mi corazón y obro con
el abasteciendo a aquellos que me necesitan y me devuelven el gesto.
A un tiempo viví nutriendo a parásitos que no devolvieron el gesto,
que no daban lo que se les ofrecía. Pero siempre habrá Yolus de
sobra para aquel que conoce la simbiosis, para todos aquellos que
como almas IRRECUPERABLES vagan por este mundo dándolo todo por los
suyos. Webbo enterneciste mi alma y ya te lo dije, tus palabras se
clavaron en mi corazón dejándome claro que tenia que nutrir tu
sentimiento, pero como dijiste, esto no era malo, es la sensación
buena de por fin haberos encontrado. De tener a gente con la que
merece la pena compartir. Y lo cierto es que hemos compartido un fin
de semana increíble. Y Pese a mi estado de salud, pude estar ahí
también para vosotros teniendo también a quienes me cuidaban y se
preocupaban de mi.
No solo mis almas
irrecuperables son merecedoras de mi cariño y amor. No solo con
ellas tengo esa simbiosis. Ya que a decir verdad si hubo algo que me
preocupó este finde fue una amiga a la que no le pude dedicar
tiempo. Mi querida Zara es el ejemplo (no la exclusividad) de mas
personas a las que quiero y con las que establezco mi simbiosis.
En mi caso, quiero
tanto a tanta gente que creo que no hay momento en el que no eche de menos a alguien. Por echar de menos echo de menos hasta los pax, como le dije a Agustin el otro día. Lo que no le dije es que había soñado que iba a trabajar y no me fue desagradable.
Últimamente habéis sido tan buenos conmigo y ya
hablo al margen de Durlach, hablo al margen de todos los problemas de
salud que he padecido y que aun a día de hoy todavía están latentes.
Hablo de un sentimiento profundo, de mirar a los ojos y sentir que la
mirada te es devuelta desde el alma. No hablo de compasión. Hablo de
cariño.
Un saludo mundo.
Me acabas de hacer un enorme favor... en serio xD Gracias!!
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