miércoles, 30 de abril de 2014

Campo Santo

Francia 03/01/2012 (Paris)

En un balcón frente a los jardines de marte, William toma un café observando la grandeza de la famosísima torre. Las vacaciones han resultado ser mas estresantes de lo que en un principio se había planeado. Como de costumbre pasa, al final todo se va amontonando para los últimos días y ni siquiera había ido al cementerio Père-Lachaise para presentar respetos ante la presencia funeraria de Jimm Morrison. Aunque dentro de sí, sabía que algo se le olvidaba, algo que era importante, algo que le hacía recordar buenos momentos.

Tras salir del hostal, decidió dar un paseo por los jardines de marte y divagar sin preocupaciones al tiempo que escuchaba "heart of gold" en el mp3. El tiempo pasaba muy rápido ya que los buenos momentos parecen desvanecerse de inmediato aunque figuren en el almanaque como días enteros. Se martirizaba a si mismo pues pronto estaría de vuelta en España envuelto en su rutina de trabajo. William trabajaba montando armarios de chapa, por lo que tenia las manos llenas de cortes. El odiaba su trabajo y todo lo que le rodeaba en el, Desde luego, no era lo que se podía nombrar como una persona satisfecha , ya que constantemente se comparaba con los demás.
De pequeño su compañero de mesa en el colegio era un chico, hijo de padre empresario. Ya en el colegio el niño sabía que ni tan siquiera le hacía falta estudiar, sencillamente, tenía la vida resuelta. Aquellas ideas contaminaban el corazón de William comiéndole desde dentro.

Al poco, se vio caminando por el campo santo intentando evadirse y despreocuparse unos instantes. Jim Morrison siempre fue su figura idílica. El le escuchaba a todas horas ya desde muy niño, su música era capaz de envolverlo y hacerle viajar, transmitirle sensaciones que son francamente difíciles de explicar. Siempre había deseado ir a verle y ahora estaba allí a pocos metros de su tumba sin poder dejar de un lado el avión que tendría que coger pasadas unas horas y el a donde le llevarían.

Llegó, vio la gran losa y la lapida que hacía de soporte de unos floreros además de ser el alojo de la chapa metálica con el resalto:

"James Douglas Morrison 1943-1971 "Kata ton daimona eautou".

Will sabía exactamente la traducción del epitafio final, significaba –cada cual con su propio demonio -. En esos momentos sintió algo muy especial, la típica sensación que se siente momentos antes de la inspiración, y los momentos tras la perpetración de la misma, una sensación extraña, que merma entre la vulnerabilidad y la fortaleza de la personalidad, una sensación que suele ser destruida por la concienciación del mismo estado, pero que cuando se desvanece siempre deseamos hacerla regresar, pero que sin duda, nunca olvidamos.

Abrió los ojos en la oscuridad a la luz de las estrellas y vio el mismo campo santo pero cubierto por el manto de la noche. La situación pareció haberse equivocado ante sus ojos, por lo que la sorpresa apareció en su rostro.

-¿¡Qué demonios...?!- se dijo al tiempo que observaba a su alrededor.

El aleteo de un ave se movió en la noche, lo que le estremeció. No era la oscuridad, ni siquiera el cementerio, no se sentía cobarde por su "miedo". La falta de los recuerdos que le llevaron a esa situación era lo que le hacía sentir así.




-No me duele nada- se decía interiormente al son del coro de insectos.

Una silenciosa ave nocturna de tipo lechuza se posó sobre la tumba del rememorado vocalista. La imagen entró en el campo visual de William que saltó de inmediato. Luego observó con detenimiento el plumaje amorronado y negruzco que poseía su también observador compañero.

-¿Por qué me miras así?- preguntó el ave.

Will abrío los ojos de forma casi cómica así también hinchó el pecho como si fuera a llenar un globo. Luego, resopló y cerró fuertemente los ojos, dándose convicción de lo que estaba pasado.

-¿No recuerdas nada, no es así?-

-¿Qué?...¿Cómo?...¿Explícame por favor?-respondió desde el mar de dudas que navegaba.

-Hay que tener cuidado con lo que se desea, a veces, esto trae malas consecuencias, en cualquier caso, pronto averiguarás todo aquello que pueda decir-

-No entiendo nada ¿Qué quieres decir con eso?-

-Que no voy a decir mucho, nada que no podáis ver con vuestros ojos, pero voy a preguntar una cosa-

-¿Qué quieres preguntarme?-

-Dependiendo de la respuesta, ocurrirá una cosa u otra, así pues, es momento de elegir-

-Creo que lo entiendo, aunque no se las consecuencias-

-Lo sé, pero las cosas están así- La lechuza hijo un gesto, inclinando su cabeza hacía su observador y dio la impresión que fruncía el ceño.



-Vale-

-¿Si fueras un pescador, cuál sería la mejor captura?¿Si fueras campesino, cuál la mejor cosecha? ¿Si fuerais artesano, cuál la mejor obra?, ¿Si fueras cazador, cuál la mejor presa? ¿Si fueras monje, la mejor oración?-

William pensó con mucho detenimiento y estuvo a punto de errar con una respuesta inmediata. A punto de responder una a una con sus preferencias personales, pero decidió que no todos los dias le hablaba una lechuza frente a la tumba de Jim Morrison, por lo que seguro que merecía la pena responder algo "mejor". En ese momento volvió a contemplar el epitafio "cada cual con su propio demonio" y tuvo una revelación.

-La que fuese mía o me correspondiera- respondió con gran decisión.

El ave pareció expresar una mezcla de orgullo y decepción cuando respondió imperiosamente.

-Tienes suerte de no haber respondido ninguna necedad, pues son muchas fábulas las que advierten de nuestros poderes, el zurrón de oro reventó y el pez de los deseos murió, también el hombre que cargaba el cofre se ahogó y todavía ignoro si el burro tocaba la flauta, pero hoy, probablemente hayas descubierto, que al menos una lechuza habla. Me han llamado de muchas formas, las mas conocidas por vuestra cultura son Lucifer, Satanás, Azrael...y hoy podría ofreceros muchas cosas, pese a vuestra condición. El hombre que no necesita mas que lo que tiene, es feliz siempre...tu no me necesitas- Finalizó al tiempo que emprendió el vuelo.

Mucho pensó en ello tras la vivencia y a menudo pensaba en qué abría pasado si...qué le abría ofrecido si...habría sido mejor si... pero lo que si es cierto es que siempre sonrió ante sus "capturas", "cosechas", "obras", "presas" u "oraciones". A decir verdad, siempre sonreía.







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